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Capítulo 1: Los comienzos

Desde que tuve mi despertar sexual en la adolescencia, me ha fascinado cualquier muñeca con la que pudiera fingir sexo. De hecho, todas las muñecas que tuve en mi infancia sufrieron mis hormonas revolucionadas.

Sin embargo, una se destacó entre ellas y fue mi "amante" durante muchos años: Pelusa, un osito de peluche azul.

Aún sin ser una Teddy Babe o similar (dudo que existieran en esa época), puedo decir que tuve sexo bastante real y placentero con ella. Podría decir que mi primera vez fue con una muñeca en cierto modo.

Pero llegó el momento de decir: Adiós, bebé.

Y como dicen: "El que prueba, repite".

Capítulo 2: La búsqueda de la primera muñeca realista. La triste historia de Natsuki

Aprovechando que tenía casa propia y un trabajo que hacía en gran parte desde el ordenador, llegó el momento de dar el paso.

Es cierto que durante años había mirado con curiosidad las muñecas de Silicona-TPE, aunque nunca me había planteado tener una hasta ese momento.

Soy muy delgado y mi presupuesto era ajustado, así que opté por una muñeca pequeña, manejable y barata (ese fue mi error).

Era la muñeca perfecta: 125 cm, piel blanca y tersa, delgadita de pecho pequeño, ojos verdes brillantes y un rostro hermoso y muy aniñado. Por si tenéis curiosidad, se la conoce como “125-lm-ashley”, y por desgracia aún se puede encontrar la tienda.

Por si tenéis curiosidad, se la conoce como “125-lm-ashley”, y por desgracia aún se puede encontrar la tienda.

Aunque me informé bien y aprendí que algo tan caro debe ir con muchas dudas y cuidados, me equivoque.

 

En agosto del 2021 llegó ella.

Al principio todo bien: Mis dudas fueron respondidas rápida y eficientemente, recibí la muñeca en pocas semanas, estaba en buenas condiciones y era acorde a la foto.

Sin embargo, los problemas no se hicieron esperar: Ese mal olor a TPE que no se quitaba y lo manchaba todo, esos pies destrozados por los tornillos, esas muñecas rotas y los alambres de la mano que sobresalían a las pocas semanas, esa pierna y espalda torcidas…

Lo curioso es que estuvo mucho tiempo escondida en la caja.

¿Es posible que mi inexperiencia la destruyera más? Tal vez, pero, por supuesto, la calidad se paga.

Pasadas las vacaciones de Navidad, vi que había sido un cuento corto, pero precioso y de mucho aprendizaje.

 

Aunque su final, no fue agradable.

Como en muchos pueblos y ciudades, existe un servicio de recogida del ayuntamiento y decidí sacar la caja y colocarla al lado de un contenedor sabiendo que cuando pasara el camioncito del ayuntamiento, la recogería y se ocuparía de ella. Aunque para evitar curiosidades le había puesto un cartel de maniquie (mal escrito aposta).

El caso es que aquel día, o bien, no pasó el camión, o ya había pasado.

Prefiero no saber quién la vio y que ocurrió en el rato que estuvo fuera. Pero, me imagino que "la curiosidad mató al gato".

El caso es que alguien decidió meter la caja en el contenedor para evitar mayores problemas.

Aunque no debería, pido perdón por las molestias que ocasionara al vecindario, al servicio de basura y cualquier otra persona que se pudiera asustar al ver algo así.

Por si pregustáis, no existe en ningún país del mundo (al menos que yo sepa) un servicio propio de recogida de muñecas realistas.

Capítulo 3: Buscando una nueva muñeca. Un nuevo fracaso con Sakura

Echaba de menos tener compañía y volví a la "cacería" (como la llaman en The Doll Forum o TDF).

Así fue como encontré el foro y seguí aprendiendo (muchas gracias a todos los que comparten las toneladas de información que se puede encontrar allí).

Es cierto que hay cientos de muñecos de todos los tamaños, colores y sabores y es normal que sea difícil elegir uno.

Como me decían en mi hilo de presentación en TDF: "El muñeco te encontrará".

Eso era cierto.

Gracias a la gente que le encanta lucir sus muñecos y cuidar mucho las fotos, me he enamorado de varios por el camino y casualmente alguien tenía uno a la venta en el mercado de TDF igual a uno de los que vi.

Por si tenéis curiosidad, era esta.

Aunque en principio no me planteé comprar una muñeca usada por miedo al "bicho", al verla ni me lo planteé.

Agradezco públicamente a la persona que me la vendió por haberme informado minuto a minuto de todo el proceso y darme buenos consejos, que sin duda pensaba que me harían disfrutar de ella tanto o más tiempo que su anterior propietario.

Y aunque UPS me volvió loco con su ***** "fecha de entrega reprogramada", recibí en unos días a Sakura (originalmente no tenía nombre) con mucha alegría.

Pero no funciono.

¿Por qué?

Simplemente, demasiado pesada para mí.

Pero bueno, conseguí encontrarla un nuevo hogar definitivo.

Capítulo 4: Formando el harem

Katya

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